
La Inteligencia Artificial (IA) ha emergido como una de las tecnologías más disruptivas y prometedoras de la actualidad, transformando sectores tan diversos como la salud, el comercio, la educación y los servicios financieros. Sin embargo, su capacidad para procesar grandes volúmenes de datos personales plantea serios desafíos en términos de privacidad y protección de datos.
En este contexto, la Regulación General de Protección de Datos (RGPD) juega un papel crucial, ya que establece un marco legal para garantizar que el uso de la IA respete los principios fundamentales de la privacidad. Este artículo aborda cómo la RGPD regula el uso de la IA, los riesgos asociados con la privacidad de los datos, las estrategias para implementar la IA sin comprometer la protección de datos, y cómo garantizar el cumplimiento normativo en su uso.
¿Qué dice la RGPD sobre el uso de Inteligencia Artificial?
El Reglamento General de Protección de Datos (en adelante RGPD) es una normativa de la Unión Europea que entró en vigor en 2018, y que se encarga de regular cómo tratan los datos personales de los ciudadanos las organizaciones, tanto dentro como fuera de la UE. Más concretamente, el RGPD establece cómo transferir y procesar datos, cómo deben protegerse en todas sus fases de vida, y define derechos de los titulares de los datos sobre el tratamiento de su información personal.
Dicho esto ¿qué relación puede tener el RGPD con la inteligencia artificial? Para entenderlo, es necesario comprender primero el funcionamiento de la inteligencia artificial. De manera sencilla, la IA, en su gran mayoría, utiliza el aprendizaje automático (Machine Learning), que permite que los sistemas aprendan de grandes cantidades de datos y mejoren con el tiempo. Para este aprendizaje, pueden ser necesarias grandes cantidades de datos personales.
Ahora bien, el RGPD no se creó pensando de forma específica en la Inteligencia Artificial. Entonces ¿qué relación tienen la normativa de protección de datos y la inteligencia artificial? La explicación es sencilla: el RGPD sirve como marco regulatorio, es decir, que sus principios se aplican directamente a cualquier sistema que procese datos personales.
Por ello, si una IA trata datos personales, debe seguir las reglas de protección de datos que establece el RGPD para asegurarse de que se respeten los fundamentos de esta norma. Todo esto se hace para proteger la privacidad de las personas y evitar que se violen sus derechos. Concretamente, si nos centramos en los fundamentos básicos del RGPD, podríamos aplicar a la inteligencia artificial los siguientes principios en materia de protección de datos:
- Limitación: los datos deben usarse solo para fines específicos y mantenerse solo el tiempo necesario.
- Precisión: los datos utilizados en la IA deben ser correctos y exactos para evitar resultados erróneos.
- Seguridad: se deben aplicar medidas para proteger los datos personales utilizados en la IA de accesos no autorizados.
- Responsabilidad: las empresas deben asumir la responsabilidad de los efectos del uso de la IA y garantizar el cumplimiento de la normativa.
- Transparencia: los usuarios de la IA deben ser informados de forma clara sobre el uso de sus datos, los resultados y la finalidad.
Dado lo nuevo que es actualmente el uso de inteligencia artificial, su relación con la protección de datos es también un área nueva que necesita encontrar un balance entre el avance tecnológico y la seguridad de la información personal.

Riesgos de la Inteligencia Artificial en la privacidad de datos
El uso de IA en el tratamiento de datos personales supone muchas ventajas en cuanto a avances tecnológicos, pero conlleva también varios riesgos en lo relativo a la protección de datos y la privacidad. Enumeramos a continuación los más importantes:
- Gran cantidad de datos recopilados: los sistemas de IA requieren unas importantes cantidades de datos para entrenar sus modelos, dentro de los cuales pueden estar datos considerados sensibles. Esto implica que, en caso de tratarse de manera inadecuada o producirse un incidente de seguridad, el impacto para los usuarios puede ser muy elevado.
- Falta de transparencia: los modelos de IA son muy complejos, por lo que para los usuarios cuyos datos se tratan puede resultar muy difícil comprender cómo se producen las tomas de decisiones de la IA y, en general, cómo funciona la misma y cómo usa sus datos. Informar de forma adecuada y transparente es por tanto fundamental.
- Riesgo de sesgos: hay que tener en cuenta que los datos utilizados para el entrenamiento de la IA pueden no representar a toda la población, lo que puede provocar discriminación.
Cómo implementar la Inteligencia Artificial sin poner en riesgo la Protección de Datos
Que la protección de datos es un elemento que está en riesgo al usar inteligencia artificial es un hecho, pero existen medidas que se pueden llevar a cabo para asegurar que los riesgos se minimicen, respetando así el RGPD, y logrando un equilibro entre el avance tecnológico y la privacidad. Algunas de las medidas que se pueden llevar a cabo son:
- Realización de evaluaciones de impacto sobre la protección de datos (EIPD): antes de implementar de forma efectiva un sistema de IA, las organizaciones deben realizar una EIPD. Con esto, la organización podrá identificar los riesgos y aplicar medidas para mitigarlo, y decidir si es compatible con la privacidad usar este sistema o no.
- Garantizar la transparencia: otra medida a tomar es informar a los individuos de manera clara sobre cómo se procesan sus datos mediante IA, la finalidad y los posibles efectos que puedan existir.
- Minimización de datos: este principio supone utilizar solo los datos estrictamente necesarios para conseguir la finalidad perseguida. Si bien en el contexto de la IA puede resultar complicado, dado el volumen de datos necesario para entrenar una IA, es importante diseñar sistemas que solo utilicen la cantidad mínima de datos requerida para alcanzar los objetivos de procesamiento.
- Aplicar medidas de seguridad adecuadas: se deben aplicar durante todo el ciclo de vida del dato, es decir, desde la recogida hasta su eliminación. Esto incluye cifrado, controles de acceso y medidas de seguridad informática contra ataques y filtraciones.
Cómo garantizar el cumplimiento normativo al utilizar IA
Son varias las acciones que las organizaciones que hagan uso de esta tecnología pueden llevar a cabo para garantizar el cumplimiento de la normativa en materia de privacidad y protección de datos. Entre ellas estarían:
- Designar un delegado de protección de datos (DPD): esta figura es fundamental, y en muchos casos obligatoria, ya que es el responsable de supervisar el cumplimiento de la normativa de protección de datos dentro de la organización.
- Realizar auditorías periódicas de la IA: hacer auditorias de manera periódica ayudará a las empresas a demostrar que respetan la normativa y que son proactivos, que llevan controles sobre el uso de sus tecnologías, y que se están llevando las medidas necesarias para garantizar la privacidad de los usuarios.
- Formación del personal: la formación continua es esencial para garantizar el cumplimiento de la normativa y demostrar la proactividad por parte de la empresa. De esta manera, es imprescindible asegurar que los empleados comprendan la importancia de la protección de datos al trabajar con IA.
El uso de la Inteligencia Artificial en el tratamiento de datos personales tiene un enorme potencial para transformar diversos sectores y mejorar la eficiencia de los procesos. Sin embargo, su implementación debe ser cuidadosamente regulada para garantizar que no se vulneren los derechos fundamentales de los individuos, especialmente en lo que respecta a la privacidad de los datos personales.
Para garantizar que la IA se utilice de manera responsable, las organizaciones deben realizar evaluaciones de impacto, obtener el consentimiento informado de los usuarios y adoptar medidas de seguridad adecuadas. Además, deben asegurarse de que sus sistemas sean transparentes, minimicen la recopilación de datos y cuenten con controles adecuados para evitar el sesgo o la discriminación. En última instancia, el cumplimiento de la RGPD en el uso de IA no solo es una obligación legal, sino también una responsabilidad ética hacia los individuos, asegurando que sus datos personales estén protegidos frente a los riesgos asociados con la automatización y el procesamiento masivo de información.



