
La IA ha trasformado la forma en que las organizaciones procesan datos, toman decisiones y prestan sus servicios. Sin embargo, el uso masivo de esta tecnología plantea desafíos en su relación con la protección de datos personales, al requerir muchos de estos sistemas grandes volúmenes de datos, a menudo personales, para funcionar de forma eficaz. En este contexto, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) desempeña un papel fundamental como órgano regulador en España encargado de garantizar el cumplimiento de la normativa referida a la protección de datos. El objetivo principal de la AEPD pasa por proteger los derechos y libertades de las personas en relación con sus datos personales. Además, la creciente presencia de la IA en diversas esferas, desde la sanidad hasta el comercio, ha llevado a la AEPD a emitir directrices y recomendaciones sobre el uso ético y legal de esta tecnología.
Impacto de la IA en la protección de datos personales
Los sistemas de inteligencia artificial (IA) se fundamentan en gran medida en la recopilación y procesamiento masivo de datos, lo cual es esencial para el entrenamiento de algoritmos y la optimización de su precisión. En consecuencia, el tratamiento a gran escala de datos personales es una característica inherente de muchos de estos sistemas, especialmente aquellos basados en técnicas de machine learning y deep learning. La normativa en materia de protección de datos, como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), exige que dicho tratamiento se sustente en una base jurídica adecuada, lo que en el ámbito de la IA suele requerir la obtención de un consentimiento explícito e informado de los titulares de los datos. Esta exigencia, en combinación con la naturaleza técnica y opaca de los sistemas de IA, plantea desafíos complejos en términos de conformidad legal.
Uno de los principales impactos de la IA sobre la protección de datos personales reside en la dificultad para cumplir con el principio de transparencia establecido por el RGPD. Conforme a este principio, los responsables del tratamiento deben proporcionar a los interesados información clara, concisa y fácilmente comprensible sobre el uso de sus datos. No obstante, los algoritmos de IA, particularmente aquellos basados en aprendizaje profundo, suelen ser altamente opacos y difíciles de interpretar, lo que complica la justificación y explicación de las decisiones automatizadas derivadas del tratamiento de datos personales. Esta falta de transparencia genera obstáculos para garantizar el derecho a la información y el derecho a la autodeterminación informativa de los interesados.
Adicionalmente, cuando el uso de sistemas de IA conlleva un riesgo elevado para los derechos y libertades de las personas físicas, el RGPD exige la realización de una Evaluación de Impacto relativa a la Protección de Datos (EIPD). Dada la naturaleza de la IA, estos riesgos pueden manifestarse en forma de discriminación, toma de decisiones automatizadas sin intervención humana significativa, y otras afectaciones a los derechos fundamentales. Las EIPD permiten a los responsables identificar, evaluar y mitigar dichos riesgos antes de implementar la tecnología en cuestión.
Finalmente, en atención al principio de responsabilidad proactiva (accountability) consagrado en el RGPD, los responsables del tratamiento de datos están obligados a adoptar las medidas técnicas y organizativas apropiadas para garantizar y demostrar la conformidad del tratamiento con la normativa. En el contexto de la IA, este principio puede exigir la implementación de controles adicionales, como auditorías periódicas de los algoritmos y mecanismos de supervisión para evitar sesgos algorítmicos y decisiones discriminatorias.
Recomendaciones de la AEPD sobre el uso de la IA
La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha subrayado de manera reiterada la necesidad de garantizar la transparencia en el uso de sistemas de inteligencia artificial (IA), enfatizando que las organizaciones deben proporcionar a los interesados información clara, comprensible y accesible sobre el tratamiento de sus datos personales mediante estos sistemas. En este sentido, ha emitido directrices concretas, entre las cuales destacan las siguientes:
- Comunicación explícita sobre el uso de IA: La AEPD recomienda que las organizaciones informen a los titulares de los datos de manera inequívoca cuando sus datos personales sean tratados mediante sistemas de IA, explicando de forma detallada el funcionamiento de dichos sistemas y cómo se adoptan decisiones automatizadas que puedan afectarles. Esta obligación se deriva del principio de transparencia consagrado en el artículo 5 del RGPD, el cual exige que el tratamiento sea lícito, leal y transparente.
- Derecho de información sobre decisiones automatizadas: Conforme al artículo 22 del RGPD, que regula el derecho a no ser objeto de decisiones automatizadas que produzcan efectos jurídicos o afecten significativamente al interesado, la AEPD destaca que las organizaciones deben informar a los usuarios si están sometidos a este tipo de decisiones, incluyendo la elaboración de perfiles. Este derecho debe hacerse efectivo mediante la provisión de información específica sobre el uso de IA, así como sobre los criterios y lógica empleados en las decisiones automatizadas.
- Explicabilidad de los algoritmos: Aunque ciertos modelos de IA, como los basados en deep learning, presentan una complejidad inherente, la AEPD insiste en que las organizaciones deben esforzarse por ofrecer explicaciones comprensibles sobre los procesos de toma de decisiones automatizadas. Este esfuerzo responde a la necesidad de cumplir con el principio de transparencia y garantizar que los interesados comprendan cómo y por qué se toman decisiones basadas en sus datos.
Adicionalmente, la AEPD recuerda la obligación de respetar el principio de minimización de datos, recogido en el artículo 5.1.c del RGPD, el cual exige que el tratamiento de datos personales se limite a los estrictamente necesarios en relación con los fines perseguidos. En consecuencia, los sistemas de IA deben ser diseñados y configurados de manera que solo procesen los datos imprescindibles para alcanzar las finalidades determinadas, evitando la recopilación masiva o indiscriminada de información. Esta directriz implica que los desarrolladores y responsables del tratamiento deben asegurar que el procesamiento de datos mediante algoritmos de IA se ajuste a dicho principio.
La AEPD también ha emitido recomendaciones específicas para mitigar los riesgos de sesgo y discriminación derivados del uso de IA, particularmente en lo que respecta a los datos de entrenamiento que alimentan los algoritmos. Entre sus sugerencias se encuentra la implementación de auditorías periódicas para detectar y corregir posibles sesgos en los sistemas, garantizando que no se produzca discriminación, directa o indirecta, contra ningún grupo de personas. Asimismo, destaca la importancia de que las decisiones automatizadas que puedan tener un impacto significativo en los derechos de las personas cuenten con una intervención humana significativa, con el objetivo de asegurar que dichas decisiones sean justas y equitativas, en línea con las exigencias del artículo 22 del RGPD.
En cuanto al principio de responsabilidad proactiva (accountability), la AEPD recalca que las organizaciones que utilicen IA deben ser capaces de demostrar su cumplimiento con la normativa de protección de datos. Esto incluye la realización de evaluaciones de impacto relativas a la protección de datos (EIPD) cuando el uso de IA implique un alto riesgo para los derechos y libertades de los interesados, conforme a lo establecido en los artículos 35 y 36 del RGPD. La AEPD recomienda, además, que en aquellos casos en los que los riesgos no puedan ser mitigados adecuadamente, las organizaciones consulten con la propia Agencia antes de proceder con el tratamiento.
Por último, la AEPD aconseja que las organizaciones mantengan una documentación exhaustiva sobre las medidas adoptadas para asegurar el cumplimiento normativo, incluyendo las evaluaciones de impacto, las auditorías algorítmicas y los controles implementados para garantizar la transparencia y la equidad en el uso de IA. Esta documentación es esencial para demostrar la adecuación del tratamiento de datos personales a las exigencias del RGPD, en especial en aquellos casos en los que el uso de IA pueda generar riesgos significativos.
En resumen, la AEPD ha orientado sus esfuerzos a establecer pautas claras para que el uso de la IA se ajuste a los principios de protección de datos, destacando como elementos clave del cumplimiento normativo la transparencia, la minimización de datos, la equidad en la toma de decisiones y la responsabilidad proactiva.Final del formulario
AEPD e IA: Retos, oportunidades y riesgos

La AEPD enfrenta varios retos en la regulación de la IA. Uno de los principales es la complejidad y opacidad de los sistemas de IA, especialmente en los algoritmos de aprendizaje profundo, que son difíciles de entender, incluso para los propios desarrolladores. Esto dificulta la aplicación del principio de transparencia y el derecho de explicación de los usuarios. Además, la rápida evolución de la IA supera la capacidad de las autoridades para adaptar las normativas, lo que requiere marcos regulatorios flexibles que protejan los derechos fundamentales. También es un desafío lograr la cooperación internacional en la regulación de la IA, dado el carácter global de las empresas tecnológicas, lo que obliga a la AEPD a colaborar con otras autoridades para asegurar una regulación eficaz.
A pesar de estos retos, la regulación de la IA presenta oportunidades. La AEPD puede establecer estándares éticos y de privacidad que promuevan un uso responsable de la IA, incrementando la confianza en esta tecnología. Además, la IA podría mejorar la protección de datos mediante la automatización de tareas como la detección de brechas de seguridad y el cumplimiento normativo, lo que aumentaría la eficiencia de la supervisión y aplicación de las normativas.
En cuanto a los riesgos que la IA plantea a la privacidad, la AEPD identifica varios. Uno es la perpetuación de sesgos y discriminaciones a través de los algoritmos que se entrenan con datos sesgados, lo que podría violar el derecho a la igualdad. También advierte del peligro de las decisiones automatizadas sin intervención humana, que pueden afectar los derechos fundamentales de las personas, tal como establece el artículo 22 del RGPD. Por último, la recolección masiva de datos personales por los sistemas de IA aumenta el riesgo de brechas de seguridad y el uso indebido de información, por lo que la AEPD recomienda la aplicación de medidas de seguridad robustas y el respeto a los principios de minimización y retención limitada de los datos.
La IA ha transformado el panorama tecnológico y presenta tanto oportunidades como desafíos significativos en el ámbito de la protección de datos personales. La AEPD, como autoridad encargada de velar por el cumplimiento de la normativa de protección de datos en España, ha adoptado un enfoque proactivo para abordar las implicaciones de la IA en la privacidad. A través de sus recomendaciones, la AEPD promueve el uso de la IA de manera ética y legal, destacando la importancia de la transparencia, la minimización de datos, la equidad y la responsabilidad proactiva.
Sin embargo, el uso de la IA plantea retos considerables, como la dificultad de explicar decisiones automatizadas y la rápida evolución de la tecnología. También existen riesgos en términos de discriminación, decisiones automatizadas y tratamiento masivo de datos personales. Para mitigar estos riesgos, la AEPD aboga por un enfoque basado en el riesgo, que incluya evaluaciones de impacto y medidas proactivas de cumplimiento.
En última instancia, el desafío para la AEPD y para las organizaciones que utilizan IA es equilibrar el uso innovador de esta tecnología con la protección efectiva de los derechos fundamentales de los individuos. La regulación adecuada de la IA es clave para asegurar que su desarrollo y uso no socaven la privacidad y las libertades de las personas, sino que se convierta en una herramienta que beneficie a la sociedad de manera ética y justa.



