
La distribución de software ha evolucionado de forma notable en los últimos tiempos, dando lugar a diferentes modelos que han transformado de forma íntegra la manera en la que los usuarios interactúan con la tecnología. Uno de esos modelos es el shareware, que, aunque ha perdido cierto protagonismo en la actualidad, resulta esencial para comprender la evolución del software. Es el shareware el que desempeñó un papel importante en la popularización de los programas informáticos, permitiendo a los usuarios acceder al software de una forma más económica.
En este artículo de Grupo Adaptalia conoceremos qué es el shareware, cuáles son sus ventajas y desventajas y exploraremos su incidencia con la protección de datos, área de creciente importancia en la sociedad actual.
¿Qué es el shareware?
El término shareware hace referencia a un modelo de distribución de software que permite a los usuarios probar un programa antes de decidir si desean o no comprarlo. A diferencia del software comercial, el cual generalmente debe ser adquirido de forma previa a su uso, el shareware ofrece una versión gratuita o limitada para que los usuarios puedan evaluar sus características y funcionalidad. Este modelo se sitúa en este sentido en un punto intermedio entre el software comercial y el llamado freeware o software gratuito, proporcionando una opción accesible a quienes desean probar antes de comprar.
El concepto de shareware fue acuñado en 1980, periodo en el que la distribución de software era mucho más complicada que en el momento actual. Los desarrolladores encontraron en el shareware una forma efectiva de proporcionar sus programas y permitir a los usuarios compartir y distribuir el software entre ellos. A modo ejemplificativo, uno de los primeros ejemplos de shareware fue el conocido como “PC-Talk”, un programa de comunicación para ordenadores IBM-PC creado en 1982. Fluegelman, su creador, permitió que su software fuera copiado y distribuido de forma libre, para que aquellos usuarios que lo consideraran útil, pagasen con posterioridad a su prueba una tarifa de registro. Este enfoque innovador fue seguido por otros desarrolladores, y el concepto de shareware pronto se convirtió en una tendencia.

Tipos de shareware
El shareware puede presentarse de diversas formas dependiendo cómo sea implementadas las limitaciones en la versión de prueba. Puede ocurrir que se limite la funcionalidad del software, permitiendo en la versión gratuita el uso de solo algunas características del mismo, mientras que, en la versión completa, disponible tras el pago, se ofrezcan el resto de las funcionalidades.
Igualmente, cabe limitar el uso del software en el tiempo, al permitir el shareware acceder al usuario a todas las características del software, pero solo durante un periodo de tiempo limitado, que puede variar entre 7, 15 o 30 días. Una vez expirado dicho tiempo, el software deja de funcionar o continua con funcionalidades reducidas.
Nagware
Por otro lado, tenemos el denominado Nagware, modalidad en la cual el software funciona sin restricciones, pero con constantes recordatorios para que el usuario compre la versión completa.
Liteware
Por último, podemos encontrar lo que se denomina el Liteware, es decir, una versión en la que una parte “lite” del software es gratuita y totalmente funcional, pero con funcionalidades de carácter básico, y donde para obtener más características o herramientas de carácter más avanzado se requiere comprar la versión completa.
Ventajas y desventajas del shareware
Como todo modelo de distribución, el shareware presenta tanto ventajas como desventajas, que los usuarios y desarrolladores han de tener en mente para sacarle el mayor rendimiento posible al modelo.
Respecto a las ventajas, sin duda la ventaja principal es la accesibilidad económica para los usuarios, al permitir a los mismos acceder al software útil sin necesidad de una inversión inicial. Esto es sumamente beneficioso, especialmente para aquellos usuarios que tengan presupuestos limitados, como estudiantes o pequeñas empresas. Además, el modelo shareware permite a los usuarios evaluar el software antes de comprometerse a una compra, característica que es especialmente importante ya que de esta forma el usuario sólo paga por aquel software que sea necesario para satisfacer sus necesidades.
Por otro lado, al permitir la libre distribución del software los desarrolladores pueden llegar a una audiencia mucho más amplia, cosa especialmente valiosa especialmente para los pequeños desarrolladores o empresas emergentes que no cuenten con grandes presupuestos de marketing. Sin duda esto fomenta la innovación impulsando la creatividad de los desarrolladores que, sin el riesgo inmediato de fracaso financiero, deben encontrar una forma de destacar en el mercado. Dado que el software se distribuye ampliamente y es utilizado por muchas personas, los desarrolladores pueden recibir feedback valioso que les ayude a mejorar su producto antes de lanzar una versión completa o comercial.
Respecto a la otra cara de la moneda, las desventajas que presenta el shareware, de forma genérica las versiones de shareware suelen estar limitadas en funcionalidades o en tiempo de uso, lo que puede ser frustrante para los usuarios que deseen utilizar todas las características sin ningún tipo de restricción. Además, como el shareware se distribuye de forma amplia y no siempre cuenta con un proceso riguroso de pruebas, los programas presentan en ciertas ocasiones inestabilidades, pudiendo contener bugs o no cumplir con las expectativas de calidad del usuario.
En esta misma línea al tratarse de software de libre distribución, existe el riesgo de que ciertas versiones del shareware contengan malware o spyware, lo que puede comprometer la seguridad del sistema del usuario. En España, esto se presenta como una preocupación a tener en cuenta, a consecuencia del incremento de ataques cibernéticos de las últimas décadas. Asimismo, se pueden presentar problemas de compatibilidad debido a la amplia variedad de configuraciones de hardware y software, puede que algunos programas shareware no sean compatibles con todos los sistemas, lo que genera una inconsistente experiencia para el usuario.

Por último, una desventaja a la que se enfrentan los desarrolladores es que el modelo de shareware se basa en demasía en la buena fe del usuario para comprar la versión completa si encuentra útil el software. Sin embargo, no todos los usuarios lo hacen, lo que ocasiona pérdidas económicas para los desarrolladores.
Shareware y protección de datos
Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta en este sentido es la protección de datos. Con la implementación del Reglamento General de Protección de Datos en 2018 en Europa, la forma en la que el software se maneja y se protege la información personal de los usuarios se ha convertido en una prioridad.
En ocasiones los programas de shareware pueden requerir a los usuarios proporcionar datos personales durante el proceso de registro o compra de la versión completa, lo que plantea un riesgo en aquellos supuestos en los que el software no cumple con la normativa de protección de datos, al exponer a los usuarios a posibles violaciones de seguridad. Además, una clara desventaja de estos sistemas de shareware es la falta de claridad acerca de cómo se utilizarán los datos recolectados.
Sin duda un aspecto crucial reside en la seguridad de los datos almacenados. Dado que los programas de shareware pueden no estar desarrollados con los más altos estándares de seguridad, existe un riesgo real a que los mismos sean vulnerables a ataques cibernéticos. Por ello, los desarrolladores deben tratar de asegurarse de que el software tiene mecanismos robustos de seguridad para proteger la información de los usuarios. Por último, los desarrolladores deben asegurarse que los usuarios pueden ejercer el conjunto de derechos que les concede la legislación en materia de protección de datos.
El shareware, aunque nacido en un contexto tecnológico muy distinto al actual, sigue siendo un modelo relevante para entender la evolución del software y sus formas de distribución. En España, como en muchos otros países, el shareware permitió democratizar el acceso a programas informáticos, brindando a los usuarios la oportunidad de experimentar y evaluar software antes de decidir si realizar una compra. Esta modalidad no solo amplió el alcance de los desarrolladores, sino que también fomentó la innovación y el desarrollo de software independiente.
No obstante, el shareware presenta desafíos significativos, especialmente en cuanto a la calidad del software, la seguridad y la protección de datos personales. Con la entrada en vigor del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) en Europa, incluido España, los desarrolladores se enfrentan a una mayor responsabilidad para asegurar que sus programas cumplan con altos estándares de seguridad y privacidad. La recolección, manejo y almacenamiento de datos personales bajo este modelo deben ser gestionados con transparencia y adherencia a las normativas vigentes para evitar riesgos tanto para los usuarios como para los propios creadores de software.



