
En Grupo Adaptalia, especialistas en Compliance Penal y modelos de cumplimiento normativo, entendemos que el mapa de riesgos compliance constituye un pilar esencial dentro de cualquier sistema de gestión de cumplimiento eficaz. Este instrumento, previsto en el artículo 31 bis del Código Penal, constituye una herramienta de análisis y gestión que permite identificar las áreas o actividades empresariales en las que pueda existir riesgo de comisión de delitos o incumplimientos normativos.
En este artículo se expone qué es un mapa de riesgos compliance, cómo hacer un mapa de riesgos compliance paso a paso y cómo integrarlo y actualizarlo dentro del modelo de cumplimiento. Está dirigido a empresas, responsables de cumplimiento, asesores legales y directivos que buscan implantar un sistema de compliance penal eficaz y actualizado.
¿Qué es un mapa de riesgos de Compliance?
El mapa de riesgos compliance es el resultado del proceso de evaluación sistemática de riesgos dentro de un modelo de cumplimiento normativo. Se trata de una herramienta esencial que permite identificar, analizar y representar, de forma estructurada y visual, el conjunto de riesgos penales, normativos y operativos a los que se encuentra expuesta una organización. Para su desarrollo se utilizan metodologías basadas en estándares internacionales y herramientas visuales como mapas de calor, matrices de riesgo o histogramas, que facilitan una comprensión clara del nivel de exposición y permiten priorizar las áreas que requieren una atención inmediata. Su finalidad es detectar, medir y clasificar los riesgos con el objetivo de implantar medidas de prevención, detección y control adecuadas a la realidad de la empresa y a su marco regulatorio, de modo que se garantice un sistema de cumplimiento eficaz, coherente y alineado con los principios de la gestión del riesgo.
Este instrumento dota al órgano de cumplimiento, al Delegado de Protección de Datos (DPO) y a los responsables de control interno de una herramienta estratégica para la toma de decisiones, permitiendo implantar controles proporcionales y sostenibles en el tiempo. De este modo, el compliance deja de concebirse como una respuesta reactiva ante infracciones o sanciones y se consolida como un mecanismo proactivo y dinámico orientado a la prevención. El mapa de riesgos compliance refuerza la cultura ética y de cumplimiento dentro de la organización, protegiendo su integridad, reputación y sostenibilidad jurídica ante un entorno regulatorio cada vez más exigente.
Cómo hacer un mapa de riesgos de Compliance paso a paso
El proceso de elaboración de un mapa de riesgos compliance se articula en tres fases principales: identificación, análisis y valoración de riesgos, siguiendo las directrices del artículo 31 bis del Código Penal y las mejores prácticas internacionales de gestión del riesgo.
Identificación de riesgos
Esta fase tiene por objeto identificar las actividades, procesos y áreas de la organización en las que pueda existir riesgo de comisión de ilícitos penales o infracciones normativas, conforme a lo dispuesto en el artículo 31 bis del Código Penal y en las normas UNE e ISO sobre sistemas de gestión del cumplimiento. Para ello, se analizan variables como el sector de actividad, la dimensión organizativa, la estructura de control interno y el marco regulatorio aplicable a cada área operativa.
En el ámbito de la protección de datos personales, de acuerdo con el Reglamento (UE) 2016/679 (RGPD) y la Ley Orgánica 3/2018 (LOPDGDD), se valoran especialmente los tratamientos de alto riesgo, la licitud de las bases jurídicas, la gestión del consentimiento, las transferencias internacionales y los accesos no autorizados. El proceso se apoya en técnicas de auditoría, entrevistas con responsables de área y revisión documental, con el fin de obtener un inventario exhaustivo y verificable de los riesgos inherentes a la organización.
Análisis de riesgos
En esta fase, los riesgos previamente identificados se someten a un proceso sistemático de evaluación destinado a determinar la probabilidad, ocurrencia y el impacto potencial que su materialización podría generar sobre la organización. Se analizan variables tanto cuantitativas como cualitativas, aplicando las metodologías propias del risk management y de los sistemas de gestión del cumplimiento normativo.
Este análisis permite al órgano de cumplimiento priorizar los riesgos más críticos, ya sea por su impacto económico, reputacional o jurídico. En el ámbito de protección de datos, por ejemplo, se valoran aspectos como la posible afectación a derechos fundamentales, el daño reputacional o las sanciones previstas. Dicho análisis de riesgos deberá documentarse de forma trazable y objetiva, sirviendo como base para la siguiente fase: la valoración de riesgos.
Valoración de riesgos
La valoración de riegos consiste en clasificar y ponderar los riesgos identificados y analizados en función de su nivel de amenaza. Para ello, se definen dos métricas clave:
- Riesgo inherente: aquel que existe en ausencia de controles
- Riesgo residual: el que persiste una vez implantadas las medidas de prevención y mitigación.
Un modelo de compliance robusto debe demostrar que los riesgos residuales son significativamente inferiores a los inherentes, evidenciando la eficacia de los controles implementados. Esta información se plasma en el mapa de riesgos compliance, que actúa como herramienta de supervisión y comunicación interna del perfil de riesgo corporativo.
Representación gráfica del mapa de riesgos
El resultado del proceso de análisis y valoración de riesgos se plasma de forma visual mediante un mapa de calor o matriz de riesgos, donde se representan los distintos niveles de probabilidad e impacto asociados a cada riesgo identificado. Esta representación gráfica permite obtener una visión global, coherente y dinámica del perfil de riesgo de la organización, facilitando la comunicación de resultados a los órganos de gobierno y al órgano de cumplimiento. Además, posibilita priorizar las áreas que requieren atención inmediata y establecer planes de acción proporcionales a la relevancia de los riesgos detectados.
En el ámbito específico de la protección de datos personales, esta herramienta resulta fundamental para identificar tratamientos de alto riesgo que puedan requerir una Evaluación de Impacto en la Protección de Datos (EIPD), así como para revisar la idoneidad de las medidas de seguridad implantadas, integrando así la gestión de riesgos de privacidad dentro del modelo global de compliance normativo.
Cómo se integra el mapa de riesgos en el Modelo de Compliance
El mapa de riesgos constituye la base estructural y funcional del Modelo de Compliance, ya que sus resultados determinan los protocolos, políticas, procedimientos y controles que deben implantarse para prevenir, detectar y mitigar la comisión de ilícitos o infracciones normativas. En este sentido, el mapa actúa como punto de partida para el diseño del sistema de cumplimiento, pues el perfil de riesgo de la organización condiciona la naturaleza y alcance de las medidas adoptadas.
El mapa de riesgos debe revisarse y actualizarse de forma periódica para incorporar los cambios que puedan producirse en la estructura organizativa, los procesos internos, la actividad empresarial o el entorno normativo. De este modo, el modelo de compliance se mantiene alineado con la realidad operativa y con los requisitos legales en constante evolución, garantizando su eficacia y trazabilidad.
Entre las medidas que derivan directamente del mapa se incluyen la implantación de protocolos de actuación ante incumplimientos, controles de acceso y seguridad de la información, formación continua en ética y cumplimiento, procedimientos de notificación de brechas de seguridad y canales éticos o de denuncia. Cada control debe responder de forma específica a un riesgo identificado, evitando tanto la sobrerregulación y la carga burocrática como la falta de cobertura frente a riesgos relevantes, buscando siempre un equilibrio entre eficiencia, proporcionalidad y eficacia preventiva.
Revisión y actualización del mapa de riesgos de Compliance
El artículo 31 bis del Código Penal establece expresamente la necesidad de que los modelos de organización y gestión sean verificados y actualizados de forma periódica, con el fin de garantizar su eficacia y adecuación a la realidad operativa de la entidad. Este mandato implica que el mapa de riesgos, como elemento estructural y punto de partida del modelo de cumplimiento, debe ser objeto de revisión sistemática, asegurando que continúe reflejando de manera precisa los riesgos penales y normativos a los que se enfrenta la organización en cada momento.
La actualización del mapa de riesgos resulta especialmente necesaria cuando se producen cambios sustanciales en la empresa, como modificaciones estructurales, expansión a nuevos mercados, variaciones en los procesos internos, innovaciones tecnológicas o alteraciones en el marco normativo o jurisprudencial. Asimismo, deben revisarse los riesgos cuando se detecten incidentes de incumplimiento, deficiencias de control o nuevas tipologías delictivas, valorando la eficacia real de las medidas implementadas y su correspondencia con el perfil de riesgo actualizado.
Un mapa de riesgos actualizado y verificable permite detectar con antelación nuevos escenarios de exposición, comprobar la efectividad y proporcionalidad de los controles, y garantizar que el modelo de compliance mantenga su carácter preventivo, dinámico y adaptable. De este modo, la organización acredita una gestión responsable del riesgo penal y normativo, en línea con los principios de diligencia debida, transparencia y mejora continua que inspiran la cultura del cumplimiento corporativo.
Cómo puede ayudarte Adaptalia a elaborar el mapa de riesgos de Compliance
En Grupo Adaptalia ofrecemos un asesoramiento integral en la evaluación, diseño y actualización del mapa de riesgos de compliance, entendiendo esta herramienta como el eje vertebrador de cualquier modelo de prevención penal y normativo eficaz. Nuestro enfoque combina la perspectiva jurídica, técnica y organizativa, integrando en el análisis tanto los riesgos penales como aquellos derivados de la normativa de protección de datos, ciberseguridad y gobierno corporativo, garantizando la coherencia y eficacia global del sistema de cumplimiento.
Para ello, nuestro equipo multidisciplinar de abogados y consultores especializados lleva a cabo entrevistas con los responsables de las distintas áreas, análisis de procesos críticos, revisión documental y evaluación de controles internos existentes. Estas acciones permiten identificar los riesgos inherentes y residuales de la organización, así como diseñar medidas de prevención, detección y control ajustadas a su perfil real de exposición.
En Adaptalia, acompañamos a las empresas en la implantación práctica de sus modelos de compliance, el seguimiento continuo de su eficacia y la formación del personal en materia de ética corporativa y cumplimiento normativo.
Contacta con Grupo Adaptalia y descubre cómo podemos ayudarte a implantar un modelo de compliance penal y de protección de datos sólido, actualizado y alineado con la normativa vigente, que refuerce la cultura de cumplimiento y aporte seguridad jurídica y valor competitivo a tu organización.


