
Derecho de privacidad
Con el crecimiento de Internet y la tecnología, el acceso a datos personales se ha vuelto más fácil que nunca. Esto ha generado un creciente interés por la protección de datos personales, consagrando la importancia del derecho a la privacidad. Dicho derecho queda recogido en nuestro país en la propia Constitución. Asimismo, la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales (LOPD GDD) así como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) se configuran en el entorno europeo como los marcos legales rectores en materia de protección de los derechos personales.
Cuando se vulnera la Ley de Protección de Datos
En términos generales, se produce una vulneración de la ley de protección de datos cuando ocurre un manejo de los datos personales que no cumpla con los principios que emanan del RGPD o de la LOPD GDD.
En primer lugar, los datos personales deben tratarse de forma legal, leal y transparente. Esto implica que las organizaciones deben obtener el consentimiento explícito del individuo de forma previa a la recopilación y el procesamiento de sus datos. Asimismo, los datos habrán de ser recopilados para fines específicos, explícitos y legítimos, no pudiendo en ningún caso ser procesados de forma incompatible con dichos fines.
Por otro lado, la legislación en materia de protección de datos consagra el principio de minimización de datos, en virtud del cual solo podrán recopilarse los datos necesarios en relación con los fines para los que se procesan. Dichos datos, habrán de ser de igual forma exactos y en todo caso actualizados, debiéndose adoptar las medidas oportunas para garantizar que aquellos datos que no cumplan con el principio de exactitud se supriman o rectifiquen sin dilación.
En cuanto al periodo por el cual dichos datos pueden conservarse este habrá de ser de forma exclusiva el necesario para cumplir con los fines del tratamiento. Además, los datos deben ser tratados de tal forma que se garantice su seguridad, incluida la protección contra el tratamiento no autorizado o ilícito, así como contra su pérdida, destrucción o daño accidental. Por último, el responsable del tratamiento deberá garantizar en todo momento el cumplimiento del conjunto de principios mencionados y deberá ser capaz de demostrar dicho cumplimiento.
Por tanto, una vulneración de la ley ocurre cuando se quebranta cualquiera de estos principios. Por ejemplo, si una empresa recopila más datos de los necesarios para un propósito específico o no obtiene el consentimiento adecuado del usuario, se está vulnerando la ley de protección de datos.
Ejemplos de vulneración de la Ley de Protección de Datos

Si bien existen múltiples formas en las que una organización o un individuo pueden vulnerar la Ley de Protección de Datos, uno de los ejemplos más comunes de que esto se lleve a cabo es la fuga de datos, qué ocurre cuando los datos personales se ven expuestos a personas no autorizadas debido a fallos de seguridad. Esto es lo que se denomina brecha de seguridad, y ocurre cuando terceras personas acceden a información confidencial de la organización. Otra clásica vulneración de la legislación de protección de datos pasa por el envío de correos electrónicos masivos con datos visibles.
Vinculado con los principios previamente expuestos tanto la recopilación de datos personales sin la previa obtención del consentimiento por parte del usuario como el uso de los datos personales para fines diferentes al que fueron recabados constituyen una violación de la normativa de protección de datos. Por ejemplo, si una persona proporciona sus datos a una compañía para recibir un servicio, y la compañía utiliza esos datos para otro propósito, como la venta a terceros, sin informar al usuario, esto constituye una vulneración. Asimismo, y vinculado con la cuestión sobre el mantenimiento de la seguridad de los datos personales, las organizaciones están obligadas a implementar medidas técnicas y organizativas adecuadas para proteger los datos personales.
Qué hacer ante una vulneración de la Ley de Protección de Datos

En caso de estar ante una vulneración de la ley de protección de datos, resulta crucial adoptar medidas inmediatas para mitigar el daño. En primer lugar, conviene recabar el conjunto de evidencias a nuestra disposición que demuestren que se ha producido un manejo inadecuado de los datos. Conviene en todo caso, antes de la interposición de una denuncia formal, tratar de intentar resolver el problema directamente con la entidad responsable del tratamiento de los datos, ya que muchas veces las empresas no son conscientes de la infracción y pueden adoptar medidas correctivas de forma inmediata si se les informa. En este sentido el interesado podrá ejercitar los derechos que le asisten en virtud de la normativa de protección de datos, a saber; derecho de acceso, rectificación, supresión, oposición, portabilidad y derecho al olvido.
En caso de no obtener respuesta satisfactoria del responsable del tratamiento o si la violación es particularmente grave, se habrá de informar a la Agencia Española de Proteccion de Datos (AEPD) que es la encargada de velar por el cumplimiento de la normativa de proteccion de datos en España. La denuncia podrá presentarse tanto de forma electrónica a través del sitio web de la AEPD como en formato físico mediante el envío de un formulario por correo postal. La AEPD ofrece en este sentido un formulario específico que debe ser completado con todos los detalles pertinentes.
Una vez presentada la denuncia, la AEPD iniciará un procedimiento administrativo para investigar el caso. Este proceso puede incluir la solicitud de más información, realizar inspecciones y evaluar la legalidad de las acciones de la entidad denunciada. Tras la investigación la AEPD emitirá una resolución que en caso de determinar la existencia de una vulneración de la ley sancionará a la entidad responsable con una multa, así como con el cese de las actividades infractoras o la obligación de implementar medidas correctivas.
Consecuencias de vulnerar la protección de datos

Las consecuencias de vulnerar la ley de protección de datos abarcan tanto desde sanciones económicas hasta daños reputacionales en la entidad infractora. Dependiendo de la gravedad de la infracción producida la cuantía de la multa variará, pudiendo alcanzar hasta 20 millones de euros o el 4% del volumen de negocio anual de la empresa. En España, la AEPD ha impuesto sanciones significativas a empresas por incumplimientos graves de la normativa de protección de datos. En algunos casos, además de las multas, la AEPD puede imponer medidas correctivas obligatorias, como la implementación de nuevas políticas de protección de datos, la formación de empleados, o la adopción de tecnologías de seguridad más robustas.
Además, las organizaciones que vulneran la ley de protección de datos pueden sufrir un daño considerable en su reputación. En un mundo donde la confianza del consumidor es crucial, una violación de datos puede llevar a la pérdida de clientes, la reducción de ingresos y una percepción negativa en el mercado.
h2: Consecuencias de la vulneración de derechos
La protección de datos personales constituye un derecho fundamental en España, respaldado por una sólida legislación tanto a nivel nacional como europeo. La vulneración de esta normativa no solo afecta a los individuos, exponiéndose a riesgos significativos, sino que también conlleva consecuencias graves para las entidades responsables. Desde sanciones económicas severas hasta el daño irreparable a la reputación de una empresa, las implicaciones de no cumplir con la Ley de Protección de Datos son amplias y complejas.
Es crucial que tanto las organizaciones como los individuos estén plenamente conscientes de sus derechos y obligaciones en materia de protección de datos. Ante cualquier sospecha de vulneración, es esencial actuar rápidamente, recopilando evidencia, contactando con la entidad responsable y, si es necesario, presentando una denuncia ante la AEPD. La responsabilidad proactiva y la vigilancia constante son fundamentales para garantizar que la información personal esté protegida en todo momento.
En un entorno digital en constante evolución, la protección de datos se convierte en un pilar esencial para la preservación de la privacidad y la seguridad de los individuos. La adhesión estricta a la normativa no solo es un deber legal, sino también una obligación ética para todas las organizaciones que manejan información personal.



