
En el debate sobre el bienestar social y la igualdad de oportunidades en España resulta central la legislación sobre la conciliación de la vida familiar y profesional. La creciente participación de las mujeres en el mercado laboral, así como la transformación de los modelos familiares tradicionales han puesto de relieve la necesidad de encontrar un equilibrio entre las responsabilidades laborales y familiares del individuo. Además, si bien se han experimentado diversos cambios legislativos en la materia, aún persisten desafíos significativos que han de tenerse en cuenta.
Este artículo explora la situación actual, los desafíos culturales y legislativos a los que se enfrenta el legislador, así como el futuro de la conciliación en España.
Conciliación Vida laboral y familiar
A través de la conciliación familiar y laboral el individuo trata de mantener en equilibrio sus responsabilidades profesionales con las obligaciones y los deseos familiares, intentando que dedicar tiempo a una de estas cuestiones no implique por defecto dejar desatendida la otra. Adquieren en este entorno especial relevancia las cuestiones relativas a la igualdad de género y a la inclusión en el ámbito laboral, ya que generalmente son las mujeres quienes suelen soportar en mayor medida las cargas familiares.
Para una mejor conciliación familiar y laboral la normativa ha venido a establecer una serie de permisos, algunos de carácter retributivo y otros no, para que los trabajadores puedan atender sus situaciones personales sin que su situación laboral quede afectada.
En primer lugar, todo trabajador tiene derecho a su correspondiente baja por maternidad o paternidad. La duración de esta baja se sitúa en las 16 semanas ininterrumpidas, debiéndose disfrutar las primeras seis semanas posteriores al parto de forma obligatoria, por ambos progenitores, a jornada completa. Por el contrario, las siguientes 10 semanas pueden ser distribuidas por la trabajadora como guste hasta que el niño cumpla un año, pudiéndose incluso renunciar a ellas.
La madre biológica además podrá solicitar el descanso por maternidad las cuatro semanas anteriores a la fecha en la que se prevé el embarazo, debiendo esto constar de forma explícita en el Informe de maternidad del Servicio Público de Salud. Dicho permiso de maternidad podrá disfrutarse durante dos semanas adicionales en caso de parto múltiple o el nacimiento de bebes con discapacidad.
Asimismo, cuando se trate de un caso de adopción se comenzará a aplicar esta baja desde el momento de la resolución judicial con la que se materializa el nuevo vínculo familiar. Cuando se esté ante una adopción internacional, esta comienza desde que los progenitores viajen al país extranjero. Además, los trabajadores podrán ausentarse durante el periodo de una hora para cumplir con los deberes de lactancia del menor de nueve meses. Dichos periodos pueden acumularse, de así acordarse con el empleador, en jornadas completas.
Por último, el trabajador tiene, en caso de fallecimiento, enfermedad o accidente familiar que requiera hospitalización, siempre que se tate de un familiar de hasta segundo grado de consanguinidad o afinidad, una serie de derechos. Para atender a los límites específicos de este permiso se ha de atender al Convenio Colectivo que resulte de aplicación.
Por otro lado, la ley establece una serie de permisos no retribuidos de los que igualmente pueden disfrutar los trabajadores. En primer lugar, los trabajadores tienen derecho a solicitar una excedencia en aquellos casos en los que un hijo menor de tres años requiera su atención. Si bien durante dicho periodo se tiene derecho a la reservar de trabajo, la ley no hace obligatoria la remuneración del empleado. Igualmente, relacionada con esta cuestión, se permite la reducción de la jornada por guarda legal para el cuidado de los menores de 12 años, personas con discapacidad o familiares con enfermedades graves. En este último caso, los empleados pueden solicitar una excedencia para el cuidado de ellos. Esto nuevamente no implica remuneración, pero sí el mantenimiento del puesto de trabajo.
Asimismo, al margen de las estipulaciones normativas muchas empresas han implementado políticas de flexibilidad horaria que permiten a los empleados ajustar su horario de trabajo según sus necesidades familiares.
A través de todas estas medidas se permite al trabajador atender sus responsabilidades familiares sin que ello comprometa su estabilidad laboral. Servicios de atención a la infancia como el acceso a guarderías y servicios de atención a la infancia subvencionados que permiten a los padres dejar a sus hijos en un entorno seguro mientras ellos trabajan, contribuyen igualmente a mejorar la conciliación personal y laboral. Además, el teletrabajo se ha consolidado como una alternativa viable, especialmente tras la pandemia de COVID-19, que ha obligado a muchas empresas a adaptar sus modelos de trabajo, posibilitando en este sentido una mejor conciliación al ahorrar al trabajador tiempo y medios para ir a su centro de trabajo y permitirle conciliar de una mejor manera su vida personal y laboral.
Desafíos futuros
Si bien se han implementado multitud de medidas a este respecto, la conciliación entre la vida personal y profesional continúa siendo un desafío en España, donde las demandas laborales y personales a menudo entran en conflicto.
Uno de los principales desafíos a este respecto pasa por una cultura laboral arraigada en largas jornadas laborales y una mentalidad de presenteísmo, donde la cantidad de horas en la oficina se valora en mayor medida que la productividad y el rendimiento real. Esto genera en ocasiones presión sobre los empleados para prolongar sus horas en su lugar de trabajo, dificultando así la conciliación con las responsabilidades familiares. Esto, unido a una falta de opciones flexibles de trabajo como el teletrabajo o la jornada intensiva, limita las posibilidades de adaptar el horario laboral a las necesidades familiares. Si bien especialmente a raíz de la pandemia del Covid 19 han aumentado las opciones de teletrabajo, queda mucho por hacer en este ámbito.
Sin duda un obstáculo al que se va a tener que dar respuesta es a la escasez de servicios de cuidado infantil asequibles y de calidad. Tanto la falta de plazas en guarderías como los elevados precios de estas dificultan que los padres puedan conciliar su vida laboral con el cuidado de sus hijos. Esto se ve agravado por la falta de apoyo público y la insuficiente inversión en políticas de apoyo a la infancia.
Además, en este contexto se acentúan las desigualdades de género al ser estadísticamente la mujer quien en mayor medida sacrifica su futuro profesional para cuidar de los menores a su cargo.
Unido a estas desigualdades de género, en España se produce una clara desigualdad territorial, donde la disponibilidad y calidad de las medidas de conciliación pueden variar considerablemente entre regiones. Las áreas rurales suelen tener un menor acceso a servicios de cuidado y menos oportunidades de empleo flexible, lo que agrava las dificultades para conciliar.
Para mejorar la situación se deben abordar estos obstáculos de forma integral. Esto implica promover una cultura laboral centrada en los resultados, expandiendo las opciones de trabajo flexible, aumentado la disponibilidad y accesibilidad de servicios de cuidado infantil y desafiar los estereotipos de género para fomentar una distribución más equitativa de las responsabilidades familiares. Solo a través de un enfoque holístico y colaborativo se podrá conseguir un verdadero equilibrio entre la vida personal y profesional de los trabajadores.
Por tanto, el futuro de la conciliación de la vida laboral y familiar en España pasa por implementar políticas más efectivas y abogar por un cambio cultural en el que la conciliación se perciba como algo importante. Por ello, se deben aprovechar las oportunidades que ofrecen la digitalización y la tecnología y, garantizando el derecho a la desconexión digital, adoptar modelos de trabajo que permitan al trabajador no tener que sacrificar su vida personal por su vida profesional o viceversa.
Pese a los avances legislativos, como permisos de maternidad y paternidad, excedencias para el cuidado de hijos menores y políticas de flexibilidad horarias, persisten obstáculos significativos en la cuestión relativa a la conciliación laboral y familiar. La cultura laboral actual, caracterizada por largas jornadas y una valoración del presentismo dificulta en cierta forma esta cuestión. Además, la escasez de servicios de cuidado infantil accesibles y la desigualdad de género donde las mujeres soportan una mayor carga familiar, agravan el problema.
Para mejorar la situación, se requiere un enfoque integral que promueva una cultura laboral centrada en resultados, amplíe las opciones de trabajo flexible, aumente la accesibilidad a servicios de cuidado infantil y desafíe los estereotipos de género. La digitalización y la tecnología ofrecen oportunidades para modelos de trabajo más flexibles que no sacrifiquen la vida personal. En definitiva, el futuro de la conciliación en España depende de políticas efectivas y un cambio cultural que valore el equilibrio entre la vida personal y profesional.



